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¡No! ¡No es verdad! ¡No es verdad! Eres libre, ¿entiendes? ¡Libre! Dame a la niña. Estás agotada. Deja a la hermana. Un momento, soy el director. Precisamente por eso, cállese. Si no ha acabado mal, ha sido un verdadero milagro. Tenía yo razón al no dar el permiso. Y usted tenía previsto incluso esto. Los milagros no se prevén, se esperan. No me dejes. No, Elena. Con todo mi amor, te ayudaré a olvidar todo lo que has sufrido. Ahora piensa sólo en nuestro futuro, en nuestra felicidad. Él quería que siguiera en el negocio familiar. Comprendo. Pero tú no querías ser abogado. ¿Se lo dijiste a él? No. ¿Porqué? No lo sé. Supongo que no quería decepcionarle. ¿No crees que tu padre habría entendido? ¿Que querías hacer otra cosa? David, ¿crees que tu padre ? Veo una habitación oscura. Veo una habitación oscura. Una cama con una mujer. ¿Sabes dónde estás? No. Parece un Hospital. Es de noche. Afuera está lloviendo. Hay un hombre, empapado por la lluvia. Está de espaldas. Se inclina sobre la mujer. No No puedo verle la cara. Pero le está diciendo algo. ¿Puedes oír lo que dice? Dice que no lo soporta más. El hombre se separa de ella. Saca algo de su bolsillo. No puedo No puedo verlo. Está temblando. Ella le agarra la mano. De acuerdo. De acuerdo, ya está. Cálmate. ¿Por qué interrumpió la grabación? Ya le he dicho que mi intención era sumir a David en recuerdos positivos, que fueran útiles. Aquello era lo contrario de lo que yo pretendía. Y decidí sacarle de la hipnosis. ¿Volvieron a hablar sobre lo que David describió en ese Hospital? No. Viendo como reaccionaba bajo hipnosis valoré que no era positivo inducirle de nuevo a otra regresión. Así que opté por otras técnicas. ¿Cómo la de pedirle que se grabara en vídeo? Sí. Y seguir con las sesiones de terapia que mantenía con él. Su intención era desmontar la fantasía de David, enseñándole estas grabaciones que usted sabía que carecían de dichas presencias. Así es. ¿Y usted nunca vio las grabaciones? No, nunca. Hasta hoy. Aunque le agradezco que no me haya mostrado su suicidio. Hábleme de la enfermedad de David. La esquizofrenia es terrible, porque las voces, las alucinaciones, son tan reales para el enfermo que no las pueden distinguir de la auténtica realidad. Hola, doctor. No me cree. Le entiendo, es su trabajo. Pero lo que veo y lo que oigo es real. Lo estoy grabando, como me pidió. Antes Antes todo iba bien. Todo estaba en su sitio. Dice que todo tiene explicación. Pero yo le voy a demostrar que no. Lo va a ver. Cuando lo vea me creerá. Cuando lo vea tendrá que creerme. ¿Dónde está? ¿Dónde la he puesto? Hace tiempo lo cerré y tiré las llaves para no tener que entrar nunca más. Ahí fue la primera vez. ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me haces esto? Vaya. . ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me haces esto? ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me haces esto? ¿Fue usted quien le dio la idea de tratar de grabar psicofonías? Yo soy doctor. Nunca le sugeriría algo así. Sólo quería que grabara su rutina diaria. ¿Y David no se lo comentó? Sí. Y yo se lo desaconsejé. ¿Por qué? Porque es fácil sugestionarse con esa clase de prácticas.