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Era el hermano de nuestro padre. Ni siquiera te importó, ¿verdad? Me dejaste allí con él. Porque eras el mejor equipado para hacerle frente. ¿Por qué soy el mejor.? ¿Porque los dos somos absolutos desastres? ¿Ambos somos débiles y desorganizados? Oye, chicos. Ahora no, Miguel. No me gusta que me hables así. Sinceramente, tío, esto no te incumbe. Y nunca me incumbe, ¿verdad? Nunca tengo mi sitio en la mesa. ¿Qué mesa? ¿Por qué no te relajas y entiendes que Randall tiene la última palabra en nuestra familia? Es el centro moral. ¿Verdad? Es el padre héroe. Solo estoy diciendo. Me sorprende que no esté ahí detrás sacando al bebé de Kate con sus propias manos ahora mismo. Tío. Allá vamos de nuevo, Kev. Devuélvemela. Solo digo que no debería estar apartado. No debería estarlo. Que Dios te prohíba toda responsabilidad en toda tu maldita vida. ¿De qué hablas? ¿Crees que me siento bien conmigo mismo ahora mismo? No lo sé, Kev. Siempre te las apañas para quedar por encima. Sí. ¿En serio? ¿En qué estoy por encima? En cualquier cosa que quieras hacer. Randall. ¡Parad! Todos, parad. Nada de esto importa. ¿Sabéis que recuerdo cada detalle de la sala de espera de la noche que llevé a vuestro padre a revisar sus quemaduras? Seis personas esperando, dos de ellas dormidas. Solo un enchufe eléctrico. Una enorme planta artificial. Las sillas tan juntas que cuando se tumbaba sobre mí, mis dedos quedaban atrapados entre los reposabrazos. Los reposabrazos estaban recubiertos de algo pegajoso, como. los dedos de los niños que comen dulce o el sudor de alguien. Cojines verde claro. cubiertos de plástico para poder limpiarse fácilmente. Vuestro padre dijo que parecían “tartas de lima en las que sentarse”. Y después dijo “al menos todavía tenemos tarta” y respondí: “siempre tendremos tarta”. Y después nos sentamos allí, esperando al médico, puntuando tartas de nuestra favorita a la menos favorita. Y me di cuenta de que no había comido nada desde el chile del almuerzo y que la casa había desaparecido, pero no me importó. Nada importaba, porque estabais a salvo. Estábamos a salvo, estábamos vivos. Sentados, esperando, en sillas verde claro.